TRIKI-TRIXA EN ZUMARRAGA

La Voz de Guipúzcoa

1936/04/26

usos y costumbres - pag.5

        Entre las danzas de nuestro pais es quizá el triki-trixa la más agil, la más alegre, de cuantas constituyen nuestro folklore, tan cuajado de emotividades paganas. Su perfecta realización requiere una gran resistencia física, con unos pulmones puestos en punto. El ritmo acelerado de su música, el compás bullanguero de la pandereta y el irrintzi estridente imprimen al triki-trixa una vida y una alegría extraordinarias. Puede decirse que sin los tres factores antedichos la danza en cuestión no es triki-trixa. Porque el triki-trixa es la suma de esos factores. Bien lo dice el título vizcaíno, que expresa su ímpetu desenfrenado, saltarín, de regocijante "salvajismo" -perdon por el término-; quiero decir ese salvajismo simpático y atrayente que siempre tira al monte, como las cabras, aislándose alborozado de los salones mundanos.

        Cuando el triki-trixa hace acto de presencia, en algunos de solemnidades, en los bulevares y plazas de nuestras capitales, nos sentimos transportados al monte, imaginativamente, entregándonos a un desusado desenfreno de nuestros ímpetus que hacen perder nuestras formas habituales en la sociedad; y es que triki-trixa, sin arbolados ni verdores campestres que adornen su marco, aunque sean imaginarios, no puede ser tampoco triki-trixa: simplemente un eufemismo, una ficción de nuestro folklore. El triki-trixa, bien interpretado y mejor dibujado, es, pues, eso: "salvajismo racional" sobre alfombra herbosa. Efervescencia súbita, expansión juvenil, alegría espiritual, alarido festivo. En resumen: El medioevo (sic) transportado a nuestro siglo...y adaptado a la época.

        Es frecuente que siempre que se cita triki-trixa inmediatamente se agregue... "de Zumarraga". Pero, ¿por qué triki-trixa tiene que ser de Zumarraga y no de Beizama? ¿Por ser Zumarraga la coronación del Goierri guipuzcoano? Si, es cierto que Zumarraga se extiende por las alturas, pero Beizama también "tira al monte". La fama adquirida por el triki-trixa de Zumarraga no es debida, como se da a entender, porque Zumarraga sea su cuna; se debe únicamente a la audacia de unos muchachos que han industrializado el triki-trixa para explotar sus bellezas. Nuestro triki-trixa milenario ha sido sometido a la tortura de unas agujas gramofónicas, muy punzantes, cuya sensibilidad nos trasmite, en discos de celuloide rayado, sensaciones aromáticas del verdor de nuestros bosques (encantos de la mecánica); fascinaciones "salvajizantes" del triki-trixa saltarín, cuyo espectáculo esta vedado a los ojos del "anti-naturista". Pues Zumarraga tiene el merito de contar entre sus hijos unos jóvenes ingeniosos que han acertado a arrancar a la naturaleza jirones de su belleza y de su esencia para industrializar sus encantos, enrolándolos en la vida moderna. Un portento de habilidad comercial que ha hecho que Zumarraga ostente ante el mundo curioso poco menos que la patente de invención, cuando el triki-trixa ha procedido de Vizcaya.

        He hablado con el director mercantil y artístico del cuarteto del triki-trixa de Zumarraga. —"Un chicarrón del norte", como dicen los eruditos en belleza masculina— que atiende con el nombre de Jose Oria. Hemos preguntado porque llaman "de Zumarraga" a "su" triki-trixa. Y nos responde:

        —Nos encontrábamos en fiestas de Cegama los cuatro ejecutantes, cuando coincidió por aquellos parajes, celebrando, también, las fiestas, el industrial donostiarra señor Inurrieta, quién, después de escucharnos, nos contrató para impresionar unos discos de gramófono. En el establecimiento de dicho señor coincidió con nuestras audiciones el finado director del Orfeón Donostiarra, don Secundino Esnaola, quién nos hizo unas previas observaciones para la perfecta impresión del disco. Terminada nuestra tarea, y al cabo de breves minutos, pudimos escuchar las primeras pruebas, que el señor Esnaola las juzgó maravillosas. Faltaba únicamente el título de la obra, y don Secundino tuvo la feliz idea de que los discos se titularan "triki-trixa de Zumarraga". Desde entonces, el sol no se pone en nuestros dominios fandangeriles. Hemos recorrido todos los pueblos de Guipúzcoa en fiestas y hasta hemos sido invitados por el alcalde de Ondarraitz (Hendaya), recorriendo toda la costa vasca, por Biarritz, San Juan de Luz, Bayona. En todas partes hemos tenido éxitos. Gusta mucho el triki-trixa.

        —Usted, ¿qué es lo que ejecuta?

        —Yo toco la pandereta, y también canto. Recuerdo que en Ondarraitz tuvimos un éxito con estos versos que son de mi creación:

                Agur, euzkotarak.

                Bizkai, Zuberoa, Laburdi,

                Araba, Napar, Gipuzko,

                Agur, aberi Euzkadi.

                Ama baten seme dira

                Edel ber-bera dutenak:

                Ez españar ez prantzitar

                euzkeak...Euzkadi-renak.

                Odolaren irintziak

                entzun, ba'da euzketara:

                abestu: Gora Euzkadi

                gure aberi bakara

        Y, uno por uno, me canta estos catorce versos, todos ellos de gran fondo.

        — ¿Quienes son sus compañeros?

        — Juan Guridi y yo somos el dúo, tanto cantando como con la pandereta "Nabarro" es el "irrintzilari", cuya fama adquirida en todo el País Vasco es notable. A mantenido grandes pugilatos con otros notables "irrintzilaris", ganando siempre en la lenta final. Y como acordeonista nos acompaña generalmente Carlos Eguiguren.

        — ¿En donde se encuentran los mejores ejecutantes del triki-trixa?

        — Elgoibar es y ha sido siempre un pueblo de excelentes tocadores y bailadores. La mayor competencia nos ha sostenido siempre "Jelatxo".

        Al terminar esta entrevista sostenida a guisa de interviú, Jose Oria, siempre con la sonrisa en los labios, nos revela los proyectos que acaricia. Ansía la llegada de la primavera para lanzarse, con su cuarteto, a las fiestas de los pueblos. Espera, igualmente, la llamada de la Unión Radio, a la que ha acudido en anteriores ocasiones...

        El triki-trixa constituye para Jose Oria, convertido en Bardo, como su antiguo convecino Iparraguirre, el de Urretxua, un medio de vida, a cuyo arte dedica la mejor edad de su existencia.

B. de O.